En el interior, la obra es el altar mayor, cuyo retablo barroco del siglos XVII con alguna reforma neoclásica, es la pieza principal. Entre columnas salomónicas veremos a la Virgen del Buen Suceso, rodeada por santos querubines.
A la izquierda se alza un retablo rococó con abundantes pinturas, un retablo neclásico de Benjumeda con la imagen de San Rafael, otro mármol italiano ( siglo XVII) con una Virgen del Carmen y el último , un cristo crucificado de la escuela genovesa (XVIII).
En el lado opuesto se encuentran una serie de retablos barrocos con las imágenes de una Virgen Dolorosa, San Miguel, San Pablo, y un Cristo atado a la columna.
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